La posibilidad de escribir una nueva Constitución para Chile, en democracia y con la participación activa de la ciudadanía, depende de nosotros y nosotras. Por eso, la elección sobre el tipo de Convención es tremendamente importante. Necesitamos que lo mejor de todo nuestro amplio y diverso pueblo participe. Necesitamos rayar una nueva cancha, donde todas y todos podamos convivir y la dignidad sea el centro. Para eso, la Convención Constitucional, 100% electa, es la llave.
En el plebiscito del 25 de octubre debemos decidir si queremos una nueva Constitución y el mecanismo para escribirla: una Convención Mixta o una Convención Constitucional. Es importante que tengamos en cuenta, en primer lugar, que la convención mixta no es paritaria. De hecho, la única convención que asegura la participación igualitaria de hombres y mujeres es la Constitucional. De hecho, este es un evento que podría ser histórico no solo para Chile sino que para el mundo, porque por primera vez existiría un órgano constituyente compuesto de manera paritaria.
La Convención Mixta, en cambio, divide las y los constitucionales en dos: 50% electo por la ciudadanía y 50% electo por el Congreso. Algunos sostienen que es necesario que exista esa división porque requerimos, para redactar la nueva Constitución, que expertos como las y los parlamentarios participen de la Convención. Sin embargo, las buenas Constituciones no se definen por su calidad técnica sino que por su legitimidad y su capacidad de representarnos a todos y todas en la misma medida. Además, los “expertos” pueden aportar igual asesorando, opinando en audiencias, preparando informes, etcétera.
Además, que los parlamentarios y parlamentarias participen en la Convención tiene varios problemas. En primer lugar, no se garantiza adecuadamente la separación de poderes porque habrá una mitad de parlamentarios dedicados exclusivamente al trabajo legislativo, y otro solo a media máquina. Por otro lado, La Convención Constitucional establece que ningún representante podrá optar a un cargo público hasta después de un año que se escriba la nueva Constitución. ¡Esto no existe en la Convención Mixta!
En la nueva Constitución imaginaremos el proyecto de país que queremos. Esta discusión no debe mezclarse con la discusión de las urgencias de la agenda social, la que debe correr en paralelo y para la cual se necesita a todas y todos los representantes electos para ello dedicados al 100%, así como necesitamos que las y los constituyentes se dediquen un 100% a la discusión sobre el futuro del país.
La Convención Constitucional, compuesta exclusivamente por convencionales electos exclusivamente por la ciudadanía, es la oportunidad para que todas y todos nos sintamos representados y podamos acceder de manera concreta a la discusión sobre nuestro futuro y nuestras esperanzas. Tenemos la oportunidad, pero también la responsabilidad, de definir un mecanismo que no permita que sigan decidiendo por todos y todas quienes llevan décadas representando a la élite y a los poderosos de siempre, las y los expertos en defender que todo todo siga igual. ¡Es hora de que Chile decida!

Todas las imágenes son de @fotografoencampana